La norma ética básica de la Wicca es la Rede:
“Haz lo que quieras, mientras a nadie dañes”
Estrechamente vinculada a otras bases como la Ley del Retorno, la Rede Wicca presenta a veces una segunda linea, quedando así:
“Haz lo que quieras, mientras a nadie dañes;
si causa daño, haz lo que debas”
Esta segunda linea se muestra fundamental en relación a la asunción de la propia responsabilidad que es base de la práctica Wicca. Dado que no creemos en un Dios todopoderoso que lo controla todo, cada wiccano es responsable de sus propios actos, de las consecuencias estos y, en definitiva, de su propia vida.
La Rede Wicca se puede encontrar como colofón del Credo Wicca. Este popular poema, cuyo autor es aun desconocido aunque ha sido atribuido a diferentes autores, siendo especialmente significativa Doreen Valiente, es un intento de presentar de forma sintética todas las creencias de la Wicca. Pese a que no se puede entender de forma literal, ni es compartida por todos los wiccanos, el Credo tiene una presencia importante.
En 1974, el Consejo de Brujos Americano se reunió en un acontecimiento llamado “Witchmeet”, en el que se redactaron 13 Principios básicos. Una vez más, estos principios no son aceptados por todos los wiccanos, sin embargo son compartidos por muchos y son comunes a las creencias de diversas tradiciones.
La Ley del Retorno es otro de los principios fundamentales de la Wicca. Esta Ley dice que todo aquello que damos recibimos, según que tradición puede ser multiplicado por 3, 7 o 9. Parecido a la Ley del Karma, no necesariamente es aplicado entre una y otra vida, sino que puede recibirse en esta misma vida. Por ello las malas acciones recibirán como retorno acontecimiento negativos, mientras que las buenas acciones serán recompensadas. Esta Ley no ha de tomarse de forma literal, pues no se fundamenta en la idea de recibir de vuelta exactamente el mismo bien o mal, sino un equivalente.
Otros aspectos de la ética Wicca incluyen también otros aspectos como no hacer proselitismo y no beneficiarse económicamente por la enseñanza de la Wicca. Los wiccanos no predican, aunque si comparten su experiencia con quien lo solicita. Durante el aprendizaje tanto profesor como alumno reciben conocimiento, que es a su vez “pago” por las enseñanzas ofrecidas. Tampoco se cobra por los rituales realizados, aunque el material sí que se puede cobrar.
Obviamente esto son una pautas generales que luego cada individuo habrá de valorar y decidir si incluye o no en su práctica y ética personal y de que manera.
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