martes, 30 de marzo de 2010

meditacion creativa

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Practicar una meditación doble te permite aprovecharla al máximo y fluir con tu energía creativa. La aprovechas y expresas gratitud, creando en la mañana y sintiendo agradecimiento al final del día. Honras el alfa y el omega, el principio y el final de un ciclo de creación. y nombrando el alfa y el omega, el «aah» y el «om», tienes el sonido de la meditación. Esta meditación es muy antigua y ha fluido a través de muchas tradiciones.

MEDITACIÓN CREATIVA «AAH»

Por la mañana, antes de comenzar tu día, siéntate con serenidad y con los pies apoyados sobre el suelo, porque te concentras en asuntos que se manifiestan en el mundo material.

Respira hondo y en abundancia entre tres y cinco minutos, hasta que sientas que tu cuerpo se relaja. Entonces comienza a imaginar que la planta de tus pies se abre y la energía de la Tierra entra y asciende por tus piernas y por el torso. Imagina una cuerda verde que sale del corazón y pasa por tu cuerpo hasta la planta de los pies y sigue hasta el centro de la Tierra. Imagina y siente la energía verde es­meralda de la Tierra que sube por tus pies y piernas a medida que inspiras el aire.

Con serenidad, di «Aah» cuando te relajas y espiras. Inspira de nue­vo, sigue visualizando la energía de la esmeralda verde de la Tierra que entra y llena tu cuerpo. Di «Aah» con serenidad mientras te relajas y es­piras. Inspira y visualiza tu coronilla abierta. Visualiza un tubo o chimenea que sale de la coronilla y sube hasta el cielo. Di «Aah» mientras te relajas y espiras.

Inspira y observa la energía dorada de los cielos que en­tra y baja por esta chimenea, pasa por el centro de tu cabeza, baja por tu cuello y tu columna y llega hasta tus pies. Continúa diciendo «Aah»

Mientras te relajas y espiras. Inspira y observa cómo la energía dorada lle­na tu pecho y todo tu cuerpo mientras dices «Aah». Inspira y observa es­tas dos energías, la verde esmeralda y la de oro, que van al encuentro y se reúnen en tu corazón llenándolo mientras respiras.

Espira diciendo «Aah». Inspira y siente cómo se ensancha tu corazón, y ábrelo visual­mente para que estas dos energías fluyan con amor y gratitud a medida que espiras diciendo «Aah».

Ahora deja de lado las imágenes y continúa inspirando y diciendo «Aah» a medida que espiras. Puedes decirlo susurrando o no.

Permite que te guíe tu sensibilidad hacia tu cuerpo y tu sensibilidad. Repite esta pauta entre tres y cinco minutos. Ahora visualiza las energías dorada y verde esmeralda que vienen desde el cielo y de la Tierra y atraviesan tu cuerpo para encontrarse en tu corazón y salir con el sonido «Aah» cuando espi­ras.

Haz que en estos colores flote una idea, o una imagen de lo que de­seas, y resuena con ella, sintiendo su esencia. Envíala a tu corazón con el sonido «Aah» cuando exhalas. Haz esto durante cinco a siete minutos mientras sigues respirando hondo y diciendo «Aah» cuando espiras y en­vías la energía fuera de tu corazón.

Vuelve a dejar de lado las imágenes y concéntrate sólo en decir «Aah» a medida que espiras. Haz esto durante tres a cinco minutos.

Sien­te gratitud y resuena con la gratitud mientras espiras con el sonido «aah». Entonces, imagina que tu coronilla se cierra y que por tus pies se elimina todo exceso de energía que haya en tu cuerpo.

Mira las plantas de los pies que se cierran y siente gratitud. Espira con el sonido «aah», de modo que cada vez sea más suave. En silencio, durante tres a cinco minutos di «Aah», como si fuese un zumbido, mientras espiras.

Relájate, y si fluctúa algún pensamiento o idea aléjalos. Termina haciendo el zumbido silen­cioso del sonido «aah» mientras sientes gratitud.

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